-

-

jueves, 11 de julio de 2013

LAS PARTITAS DE BACH



Estas obras, que muchos consideran como las suites más demandantes que Bach compuso, fueron escritas entre 1725 y 1730 o 1731. Son suites que muestran algunas diferencias con respecto a otras obras similares. Por ejemplo, cada partita empieza con un movimiento de apertura de estilo diferente.
Aun cuando fueron publicadas separadamente, las Partitas fueron reunidas en un sólo volumen, en 1731, conocido como el Clavier-Übung I (o Práctica del Teclado I). 

En su biografía de Bach de 1802 J.N. Forkel nos habla sobre el impacto que las partitas tuvieron en su momento:
“Esta obra causó sensación entre sus contemporáneos en el mundo de la música; tan espléndidas obras para teclado nunca se habían visto ni escuchado”.
Para el tiempo en que fueron compuestas, Bach ya había sido designado, en 1723, cantor de la Iglesia de Santo Tomas y director de música en Leipzig, y ya había establecido una reputación como virtuoso del teclado. Mientras que como compositor ya había demostrado que era capaz de componer en varios estilos, desde fugas muy complejas hasta piezas “galantes” como las de sus suites. Por ejemplo, para su solicitud al puesto en Leipzig, Bach presumiblemente presentó una lista de obras con carácter pedagógico escritas para sus pupilos: las Invenciones y las Sinfonías (1723), y el Clave Bien Temperado (1722).

Fue en el otoño de 1726, que Bach logró publicar la primera partita. La página del título dice lo siguiente:
Práctica del Teclado, consistente de preludios, allemandes, courantes, sarabandes, gigas, minuetos, y otras galanterías, compuestas para los amantes de la música, para refrescar sus espíritus, por Johann Sebastián Bach, Maestro de Capilla de Su Alteza el Príncipe de Anhalt-Cöthen y Director Coral de Música de Leipzig. Partita I. Publicada por el Autor. 1726.
Esta obra fue seguida por las Partitas nos. 2 y 3 en 1727, la número 4 en 1728, y las nos. 5 y 6 en 1730. Hoy sabemos que Bach uso las conexiones con sus amigos personales para las ventas afuera de Leipzig: C. Petzold (en Dresde), J.G. Ziegler (Halle), G. Böhm (Lüneburg), G.H.L. Schwanenberger (Brunswick), G. Fischer (Nuremberg), y J.M. Roth (Augsburg). Todos ellos eran figuras reconocidas en el ambiente musical en sus lugares de residencia, y más allá.

Al hablar sobre las partitas es importante mencionar a J. Kuhnau (1660–1722), antecesor de Bach en Leipzig y un gran compositor para el teclado, ya que la obra de Kuhnau, Neue Clavier-Übung, sirvió de modelo e inspiración a Bach para componer sus partitas. De esta obra Bach tomó el título general así como el nombre de ‘partita’.
Kuhnau publicó dos series de Clavier-Übungen, en 1689 y 1692, cada una conteniendo siete partitas. Las partitas de Bach pueden ser consideradas como un homenaje a su predecesor, no tanto por razones nostálgicas, sino como un ‘nuevo desafío de composición’. Esto es evidente en los contenidos estilísticos de las piezas de Bach que muestran una intención de poner al día las contribuciones de Kuhnau.

Satisfecho del éxito de este proyecto, en los diez años siguientes Bach continuó su serie de Clavier-Übungen con cuatro sets más, los cuales constituyen la más completa obra en el periodo Barroco que explora el arte del teclado.
Al igual que sus otras suites, las Seis Partitas siguen el esquema básico de la suite: allemande–courante–sarabande–giga. Asimismo, como ya se mencionó, cada partita presenta un movimiento de apertura diferente, el cual determina el color y carácter de cada partita. Sobre las galanterías, o piezas opcionales, que se añaden cerca del final de cada suite entre la sarabande y la giga, Bach a veces enriquece sus partitas con piezas que no son danzas, tales como el rondeau y la burlesca, que contribuyen a la fluidez y carácter en cada suite (otro ejemplo es el capriccio final de la partita no. 2).

Aun cuando usa diversos compositores y géneros como modelos para su música, Bach trasciende técnica y musicalmente a sus predecesores y contemporáneos. E incluso para diferentes pensadores y artistas la música de Bach expresa musicalmente, como ninguna otra, el misterio o esencia de lo divino.


Obra consultada para la entrada: 

Maasaki Suzuki. Ensayo en línea de sobre las Partitas (traducción EN).





PARTITA NO. 3 EN LA MENOR




No hay comentarios: